En medio de redadas de inmigración a gran escala, agentes federales (ICE) llegaron a una subdivisión tranquila en Hermitage el lunes por la mañana para hacer un arresto. Videos en donde aparecían residentes y activistas locales haciendo una cadena humana para proteger a su vecino rápidamente se volvieron virales.
Después de casi cuatro horas, ICE retiró. Pero, este incidente provocó que la familia empacara sus pertenencias y huyera, dejando atrás una comunidad en duelo.
Era una mañana de verano húmeda, poco después de las 11 a.m., y una muchedumbre de vecinos y activistas estaban de pie lado a lado, mano en mano. Después, la familia salió de una pequeña casa de ladrillo en la esquina, con mochilas en sus hombros y bolsas de basura en sus manos. Ellos pasaron cámaras de televisión, se metieron en varios carros y se alejaron.
“Persiguieron un hombre y su hijo que nunca causaron ningún problema en este vecindario. Nunca causaron ningún problema”, dijo Jacqueline Sampson.
Ella y su esposo han vivido por 29 años en Valley Grove, una subdivisión de clase obrera al este del centro de la ciudad, a unas casas abajo de la familia.
Sampson dijo que la comunidad Valley Grove es unida. Los residentes se mantienen en contacto por una página en Facebook y se cuidan el uno al otro. Ella y su esposo crearon una dispensa de alimentos, donde vecinos puede donar o tomar comestibles de dos gabinetes cerca de su verja.
Ella no sabe cuántos inmigrantes indocumentados viven en la comunidad. Dijo que no pregunta.
“Mientras ellos no causen problemas, yo los dejo ser. “Y ellos, sabes, ellos tienen hambre, y vienen a la dispensa. Sabes, todos somos los hijos de Dios”, dijo Sampson.
Las actitudes sobre inmigración en el barrio son mixtas. Cuando Sampson habla sobre la inmigración, ella va y viene. Piensa que los niños inmigrantes deben aprender inglés en la escuela.
“Sabes, ellos necesitan recordar, esto es América”, dijo.
Y ella definitivamente no tiene problemas cuando oficiales de ICE reprimen a criminales que cruzan la frontera – las ‘personas malas”, como ella les llama. Pero, ella no podía comprender por qué agentes vendrían a su barrio y tratar de detener un hombre que ha vivido en su calle por 14 años.
“Por supuesto, están aquí ilegalmente”, ella dijo. “Pero, ¿están causando algún problema? Persigan a los que están causando problemas primero, y denle una oportunidad a estas personas buenas, porque, sabes, ellos justamente están tratando de escapar el malo que está en su país”.
Por ahora, la identidad del hombre es anónima. Ni los grupos de derechos de los inmigrantes ni oficiales de inmigración han publicado su nombre. Aún la policía local dice que no saben quién es.
Un portavoz de ICE dijo que el hombre tuvo algunos arrestos por delitos menores y una convicción por manejar bajo la influencia en el pasado, que recibió una orden de deportación hace casi una década y que ha sido un fugitivo desde entonces.
Pero residentes dicen que él es un padre de dos, que trabaja muchas horas, que siempre los saluda cuando pasa y los ayuda a cortar el césped. Ellos dicen que es parte de la familia de Valley Grove.
En un video publicado por un grupo de defensa local el jueves, el hombre agradeció a sus vecinos por sus apoyo.
“Muchas gracias por toda la gente que me apoyó”, dijo. “Y por mis vecinos, muchas gracias, toda la gente”.
Él también aconsejó a otros inmigrantes que aprendieran sobre sus derechos.
Con las amenazas de redadas de parte de la administración de Trump, abogados les han dado instrucciones a inmigrantes de que no acaten órdenes de oficiales de ICE a menos que tengan una orden oficial, firmada por un juez. Un abogado que estaba en la escena el lunes dijo que agentes no pudieron forzar al hombre de su coche, porque no tenían la documentación correcta en mano.
Cuando los residentes vieron una camioneta poco familiar bloqueando al padre en su entrada de coches a las 6 a.m., se pusieron nerviosos. Justo tres meses antes, un hombre de 21 años había sido baleado y asesinado en la misma cuadra.
Ahora, Stacey Farley vigila la calle la mayoría de los días, prestando atención a cualquier cosa sospechosa desde una silla plegable en su patio delantero. La balacera puso a todos en el vecindario en alerta, Farley dijo.
“Y desde ese día”, ella dijo, “este barrio ha sido una comunidad”.
Arleen Christian, una residente del barrio, dijo que momentos como estos hacen de Valley Grove una comunidad más unida. Christian se mudó a la subdivisión el 1 de julio. Después del incidente de el lunes, ella dijo que siente orgullo de sus vecinos.
“Cuando yo vi eso pasando en la comunidad — yo justo me mudé aquí — me pone feliz vivir aquí”, Christian dijo. “Pues, estoy feliz ser parte de esta comunidad, especialmente de la manera en que vi como ellos se reunieron alrededor de esa familia. Era increíble. Era increíble”.
Pero ahora la casa en la esquina está vacía. Y aunque la furgoneta blanca del hombre todavía se sienta en la entrada de coches, sus vecinos no saben si él volverá a casa para arriesgar otro encuentro con ICE.
Samantha Max es una miembra del cuerpo de
Report for America.